sábado, 12 de noviembre de 2011

A Ana de Jesús de un devoto suyo


Fénix diurna quien ardiente llama

De vuestro Amado, allí abrazar os veo

y entre arabias aromas y fabeo

la vida renovaís en eterna fama.


 
La alada corte vuestro nombre aclama

Y para celebrar vuestro meneo

Con gloria eterna y celestial trofeo

El sacro esposo, por su esposo os llama.

 

Ya le gozaís en dulce lazo unida

Ya le veís cara a cara fin recelo

En perdurable y mejorada vida.

 
 
Y aunque trocaís el suelo

Vuestra suprema caridad no olvida

Las plantas que regasteís para el cielo.