sábado, 28 de noviembre de 2009

Mancera,..


A mediados de noviembre de 1570, Ana de Jesús, novicia todavía, en compañía de otras dos hermanas: Juana de Jesús y María de San Francisco, pasa por Mancera camino de Salamanca, donde habrá de permanecer por espacio de cinco años. Se trata, como se ha dicho, del primer encuentro entre San Juan y Ana y que éste describirá con detalle en 1597 en su declaración para la canonización de Santa Teresa, con miras puestas, lógicamente, en resaltar el magisterio de la fundadora sobre el segundo descalzo de la reforma:

(...) porque el mismo año que recibí el hábito ern Ávila, antes que profesase, me trajo nuestra Madre a las fundaciones de esta nuestra casa de Salamanca, y en Mancera, que está en el camino, estuvimos las que veníamos en el convento de los frailes descalzos, y nos mostraron y dijeron lo que nuestra madre Teresa de Jesús y su compañera Antonia del Espíritu Santo les había trazado y enseñado a componer en la fundación de aquel convento, en el cual estaban entonces los primeros descalzos que había habido, que era por prior el padre fray Antonio de Jesús, y por subprior el padre fray Juan de la Cruz, los cuales habían recibido todo el orden y modo de proceder que tenían de nuestra Santa Madre, y ella nos contaba con gran gusto las menudencias que ellos le preguntaban, y del aire que cinco años, poco menos, después que hizo la primera casa de monjas se los había Dios traído estos padres, y ellos en particular me dijeron a mí misma muchas cosas de las que en esto pasaban (I, 463-464).


fuente: por: María Pilar Manero Sorolla