Cuando la M. Teresa, escribía el libro de Las Fundaciones, compartían celda en Salamanca y Ana estaba al tanto de todo lo que escribía la santa. Años más tarde, cuando le sorprendió la Inquisición a la santa por el libro de su vida, ésta le consulta a Ana. Ella era la mejor conocedora de la obra de Teresa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario