Ana de Jesús lo fue en Beas, adonde llegó en compañía de Teresa de Jesús, y quedó de priora. Y lo fue en Granada, con el beneplácito de la Santa que se hallaba en la fundación de Burgos. Y en Madrid, ya muerta santa Teresa. Pero no cabe duda de que su gloria mayor es haber plantado el Carmelo en Francia y Flandes.
Ya se lo predijo el frailecito Francisco del Niño Jesús, ese que llamó a Ana de Jesús en frase castiza: «Un pedazo de madre Teresa»:
-No olvidéis -le dijo- que debéis ser en Francia lo que nuestra santa Madre ha sido en España.