Así le describe Ángel Manrique en su libro: La venerable Ana de Jesús, discípula y compañera de la S. M. Teresa de Jesús y principal aumento de su orden. Fundadora en Francia y Flandes (Bruselas 1632): “Era Ana de Jesús cuando tomó hábito de 24 años, ocho meses y seis días. Más alta que abultada: talle airoso, bastante, a desmentir con el brío natural los cilicios y rallos que traía. El rostro algo aguileño, hermoso y grave, blanco a prueba de no haber cuidado, ojos rasgados y labios algo gruesos; manos grandes y despreciadoras del trabajo que a ninguno perdonaba... tal era la figura de su cuerpo; la de su alma no es fácil delinearla.
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